lunes, 2 de marzo de 2009

Mantis Religiosa

Cae la noche. Dulce y serena. Amante de mis sueños. Voyeur de nuestras intimidades. Consciente de que esta noche estarás aquí. Tierno y complaciente. Me deslizo, fingiendo una casualidad previamente meditada. Rozar tu piel es mi objetivo. Tostado a fuego lento. Dulce chocolate con leche. Ajeno a mis inquietudes primaverales. Dormido me rodeas. Empiezo a recorrer tu cuello. Beso a beso. Mordisco a mordisco. Despacio y desorientado te despiertas. Abres los ojos. Me preguntan porqué. Esta noche te tengo cerca. No puedo dormir. Poseída por la bestia que habita en mi. Sigo mis instintos. Esperando despertar los tuyos. Un beso en la boca me delata. Casi sin aliento. Absorta por el dulce licor de tus labios. La suavidad de tus movimientos. La respiración entrecortada. Empiezas a despertarte. Me acaricias. Se me dispara el corazón. Un calor extraño me posee. Me falta aire. Contracciones extrañas me recorren el cuerpo... Llego al clímax. Crees haberme saciado. Inocente. Esperas poder dormir. Me abrazas. Me das un beso. Cierras los ojos. Y no lo puedo evitar. Tengo hambre. De ti. Me levanto en busca de agua. Deshidratada por el exquisito ejercicio. Enciendo un cigarrillo. Abro la ventana. Ahí está. Nos espía. La noche sabe que no te dejaré dormir. Que esta noche seré tu mantis religiosa. Que tendré que devorarte para saciarme del todo. Que cuanto más tengo de ti, más quiero. Llega el día. Rendida a tu lado. Agotada. Dolor de caderas. Labios irritados. Complacida por la victoria. Me rindo. Me duermo. Hay que recuperar fuerzas para cuando decida devorarte.

No hay comentarios:

Vive como si tuvieras que morir mañana, piensa como si nunca tuvieras que morir.
La gente suele preguntar, ¿por qué te dedicas a perder el tiempo? muy simple, no pierdo nada que no sea mío.